Cadena humana contra las agresiones
Bilboko Konpartsak ha organizado una cadena humana esta tarde, después de haber activado el protocolo contra las agresiones por segunda ocasión en esta Aste Nagusia, tras haber recibido varias denuncias de agresiones machistas y racistas. La cadena humana ha partido del Arriaga y ha rodeado el recinto festivo. A medianoche y a las tres de la madrugada habrá sendos paros de diez minutos y caceroladas.
Hoy, además de nuevas agresiones sexistas, han denunciado también agresiones racistas; de una de ellas han responsabilizado a la Policía Municipal de Bilbao. Durante la cadena humana las txosnas han permanecido cerradas. Asimismo, las comparsas realizarán dos paros de diez minutos en las txosnas a las 00:00 y a las 03:00 horas, en las que realizarán sendas caceroladas.
Bilboko Konpartsak ha señalado que hoy han tenido que activar por segunda vez el protocolo contra las agresiones esta Aste Nagusia. En este caso por diferentes hechos.
Por un lado, según han indicado tras la concentración tres representantes de las comparsas “en el espacio festivo se han registrado muchas actitudes y agresiones machistas contra las mujeres: tocamientos, insultos, baboseos…y también se han identificado “actitudes racistas contra la gente racializada”. Asimismo, han asegurado que ha habido diferentes identificaciones de manteros “de forma bastante violenta” por parte de la “Policía Municipal”. También han denunciado que agentes de la Policía Municipal de Bilbao, también se han dirigido contra los miembros de Atxuri Harrera que colaboran con las comparsas en la recogida de vasos: “Han retenido en un portal a estos miembros, a las 5 de la madrugada del viernes, cuando se iniciaba el turno de recogida de vasos, han cacheado, inspeccionado los móviles y han procedido a su identificación por su procedencia, sin atender a las explicaciones del colectivo”, han explicado.
Las comparsas han acabado la concentración condenando “cualquier acto contrario a la voluntad de las mujeres y de las personas racializadas. Estamos hartas de los ataques que condicionan nuestra vida y nuestro derecho a vivir las fiestas en libertad”, han dicho querer un espacio festivo sin violencia, “independientemente de que el agresor sea un policía o un machirulo”.